Javier Milei rompió las tendencias de las encuestadoras que daban un resultado de paridad con alto porcentaje de voto en blanco. No hubo paridad ni voto en blanco superlativo. El candidato libertario se impuso por 11 puntos a su rival Sergio Massa.
A cuarenta años de la recuperación democrática, el país inicia un cambio drástico. Una nueva fuerza, nacida de la desazón y la malaria, sepultó el bipartidismo, aunque fuera forzado, y da paso a un tiempo de incertidumbre al no conocerse todavía el detalle del plan que llevará adelante el mandatario con el eje basado en el libre comercio.
El triunfo de Milei tiene como arquitecto a Mauricio Macri que pese a la mala imágen que el impidió competir en las elecciones articuló un acuerdo luego de las generales para alinear a Bullrich detrás del libertario.
El domingo deparó algunas confirmaciones y una gran sorpresa: la provincia de Buenos Aires. Massa necesitaba ganar la elección en territorio bonaerense. Sobre el cierre del escrutinio provisorio se imponía por menos del 2% de los votos. El Gran Buenos Aires, que había reaparecido en la primera vuelta con todo su vigor, se rindió, no ya al interior del país sino al interior de la propia provincia.
Quedará para los próximos días el análisis de cada uno de los territorios. Muchas sorpresa en el Norte Grande del país y especialmente en Tucumán donde los resultados fueron muy distintos a las elecciones generales. Que pasó en el medio, como cambió la tendencia, que privilegió el votante en medio de un tiempo árido de realidades económicas y con un año próximo que se augura positivo en función de la cosecha récord, la exportación de energía y otras posibilidades que desarrolló el país.