Infectados de "doble moral", el caso de Alberto Fernández posibilitó las grandes contradicciones de muchos que por un lado pontifican una idea y por otro lado la refutan o incumplen, esto no es propiedad de un espacio político sino que atraviesa a todos por igual.
Los mismos referentes oficialistas que aprovecharon la denuncia por el execrable y condenable hecho de un supuesto caso de violencia de genero (por encuadre legal) contra la ex primera dama, hacen silencio con los diputados del propio partido que con autos oficiales y conocimiento de la ministra de seguridad que franqueó las puertas del penal, visitaron genocidas que no sólo torturaron, mataron, se apropiaron de niños sino que también violaban mujeres antes de asesinarlas en un plan sistemático.
Los que se rasgaban las vestiduras por el diputado Ameri que en medio de una sesión de la cámara baja por zoom olvidó bloquear la cámara de su computadora y se lo vio succionando uno de los senos de su pareja, ahora "fingen demencia" luego del video donde el ex primer mandatario usó la Casa de Gobierno como su departamento privado para coqueteos románticos. Ameri fue expulsado en horas de la cámara baja, Alberto Fernández hasta ayer a la noche que fue presionado para dejar la Presidencia del PJ, seguía licenciado pero en su cargo.
El presidente Milei que dio un catálogo de violencia verbal contra distintas mujeres en su campaña desautorizándola a los gritos, insultando a toda quien se le cruzase en sus argumentos, aprovecha "la volada" para justificar el desguace de todas las políticas de género, sus áreas institucionales, la venta del edificio del ex Ministerio de la Mujer, el fin del plan acompañar a las víctimas de violencia y la miniaturización de la línea 144 que servía como puente a otras herramientas del estado: desde asistencia psicológica gratuíta y permanente hasta refugios para salvaguardar las vidas. Se intenta brutamente de construir sentido con el siguiente silogismo: Si las políticas de género no generaron un resultado inmediato y además el ex presidente embanderado con la causa golpeada a su mujer: todo fue un fraude o un curro. Una simplicidad infantil sobre lo costoso que es cambiar dinámicas sociales, culturales, criminales y de poder.
El video "filtrado" de Tamara Pettinato grabado por el propio ex mandatario en una suerte de diálogo romántico mientras tomaba cerveza en la Casa de Gobierno, que nada tiene que ver con la violencia hacia la pareja del mandatario de ese momento o la causa de los seguros investigada por Ercolini, también mostró este "doble estándar".
L@s mismo que por un lado se indigaron con la agresión fisica sufrida por la ex primera dama, pasaron a poner en el centro de la culpabilidad del video a la hija del músico, sacando viejas facturas, sindicandola como una advenediza del poder o lapidándola. Cabe recordar que quien ejercía la primera magistratura del país y estaba en un espacio de trabajo institucional era Alberto Fernández que no tuvo mejor idea que pedirle a una mujer que le diga "cosas lindas" mostrándola en primer plano con una cerveza de más, exponiéndola y más grave aún cuando le dice "Dejá de tomar cerveza porque van a decir que te lo hago decir borracha." sugiriendo que mostraría ese video a otras personas.
