Inconsciente colectivo es el primer libro de la artista visual y diseñadora gráfica Andrea Schvartzman Porter. En él documenta, a través de la fotografía y la pintura, diseños de distintas carrocerías de las líneas de colectivos que circulan en la Ciudad de Buenos Aires.
La obra es parte de un recorrido que la autora inició en 2001, con la realización de un exhaustivo trabajo fotográfico que generó un archivo documental de las características visuales de las carrocerías y su evolución a través de los años; desarrolla, asimismo, una serie de pinturas basadas en esas fotografías. Así, logró tender un puente entre estos objetos populares y cotidianos, y el arte contemporáneo resignificándolos, apelando a la experiencia de lo familiar y a la memoria visual individual y colectiva.
“En los ‘90, comenzaron a fusionarse las empresas de transporte y, como consecuencia, muchas de ellas perdieron sus colores originales. En ese momento se encendió en mí el interés por el rescate de lo particular de distintas líneas de colectivos”, sostiene la autora para explicar cómo nació el proyecto.
Las imágenes están acompañadas por textos de artistas como Liliana Porter, Sergio Bazán, Ana Gallardo y Santiago Garcia Navarro.
En palabras de Liliana Porter, “Andrea habla de su interés por los límites de la abstracción pura. Ella se pronuncia por sacarla de la autorreferencia y darle un marco social y subjetivo que pone en cuestión su enclave formalista”.
El libro resulta en una obra polifónica, que condensa, a través del color y el diseño, gran parte del patrimonio visual de la ciudad. El término “colectivo” despliega en él todas las resonancias de su polisemia.
La obra reviste interés para coleccionistas de arte contemporáneo, investigadores e historiadores del patrimonio porteño, investigadores y curadores de arte y público en general. Puede adquirirse en las principales librerías de la ciudad y en las especializadas en arte: Malba; Museo Nacional de Bellas Artes; Eterna Cadencia; Falena; Musaraña, etc.
Mucho más que un libro
El libro incluye la reproducción facsimilar del catálogo que se entregó en 2002 en el marco de la muestra “Tránsito”, exposición compuesta por la serie de 25 pinturas que la artista creó en base al registro fotográfico de las líneas de colectivos. El catálogo es un desplegable que reproduce, a tamaño original, la pintura correspondiente a la línea 60 de colectivos, una de las más emblemáticas de la Ciudad de Buenos Aires.
Contiene, además, tres postales, realizadas y curadas especialmente para la edición del libro.
Asimismo, la obra documenta hechos artísticos que tuvieron lugar después de la elaboración de las pinturas: un libro de artista que la autora llevó adelante en el marco de una beca otorgada por la Fundación Antorchas, para realizar una residencia en el Banff Centre for the Arts, Canadá; y una serie de proyecciones llevadas a cabo durante esa misma residencia.
Palabras de la autora sobre el proyecto artístico:
Esta obra comenzó con la simple observación del entorno urbano en el cual se mueven los millones de personas que habitan la ciudad de Buenos Aires y alrededores. Como artista y diseñadora gráfica, siempre me llamaron la atención el diseño y los colores de sus colectivos, porque forman parte importante de un sistema de identificación muy reconocible para cualquier persona de la ciudad, sea usuaria de colectivos o no.
Estos diseños han evolucionado a lo largo de los años: a principios del Siglo XX, lo típico era el fileteado. Eso, con el tiempo, se perdió para dar paso a un diseño completamente geométrico. En los años 90’, en el marco de un proceso político y económico mayor muy vinculado a privatizaciones, se fueron fusionando las empresas de transporte y, como consecuencia, muchas de ellas perdieron sus colores originales. En ese momento se encendió en mí el interés por el rescate de esta situación visual tan particular.
Así, comencé a tomar fotografías, con el fin de recopilar las características de cada una de las líneas de colectivos. Luego, como artista visual, me planteé el interrogante acerca de cómo podría trabajar ese material y pudiera, además, involucrarme también como pintora y generar un corpus de obra.
Todo este proceso es el que quedó documentado en el libro “Inconsciente Colectivo” que permite la circulación de estas obras.