Murió en las últimas horas la cantante española María Jiménez a los 73 años, en su casa de Triana (Sevilla).
Con 50 años de carrera atravesó tiempos sociales y políticos de España, abrazados distintas generaciones de admiradores e impuesto canciones apasionadas y dramáticas.
"España amó a María Jiménez (y María Jiménez amó España), cayó rendida varias veces a sus pies, primero en la Transición, a su melena salvaje y a su voz grave y a su mirada voluptuosa como un presagio de todos los cambios que debían llegar y de toda la celebración que merecía el país; y después a finales de los años 90, abollada, dolorida, como un símbolo de lucha y supervivencia, y siempre comprendimos su modernidad y su épica, nos enamoramos de su belleza racial, de un personaje que era ella misma cada minuto de sus días y noches." publica el obituario del diario El Mundo de España.
"Con profunda tristeza y dolor en nuestros corazones, despedimos hoy a María Jiménez, mujer amada y respetada por su compromiso inquebrantable con su familia, amigos y admiradores. Un espíritu indomable, una personalidad arrolladora, una mujer fuerte y valiente que luchó contra todas las adversidades más allá de lo imaginable". Ese es el comunicado que ha compartido su hijo, Alejandro Jiménez.
Murió donde nació: en Triana. La barriada de gitanos que parió su estilo y garra. Con una familia humilde supo que en el repiqueteo de palmas y en el cante que se escuchaba por sus calles había un ritmo que la llamaba y seducía. A los 15 ya actuaba en los tablaos y antes de cumplir 18 ya se encontraba viviendo en Madrid.
"Se acabó" fue su batacazo comercial que con nuevo estilo buscaba en la música folklórica española un nuevo tiempo. Muchos compararon este hit con "I Will Survive". Luego vinieron Con golpe de pecho, Vámonos, No sé si viviré, Si te vas, Llamaré, En la oscuridad. Y ya en su regreso a los escenarios su mítico homenaje a Joaquín Sabina.