"En Argentina, en los primeros 5 meses del año hubo 109 víctimas de femicidios y 9 de ellas en contexto de narcocriminalidad y 2 de trabajo sexual o trata de personas, según datos del monitoreo de “La Casa del Encuentro”. Del 1 de enero al 31 de mayo del 2025 los femicidios en contexto de narcocriminalidad fueron el 8,5% de los femicidios, según el Observatorio de La Casa del Encuentro." citó Luciana Peker en INFOBAE
Y continuó con la crónica: "Hasta el 31 de agosto hubo 178 femicidios y 12 en contexto de narcocriminalidad. En septiembre, a esta lista desgarradora se suman los crímenes de Morena Verdi (20), Brenda Del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15). Son 15 femicidios en el 2025 en los que el narcotráfico y el crimen organizado se ensañan, especialmente, con los cuerpos de las jóvenes."
"Los femicidios son, en su mayoría, en la casa de la víctima y perpetrados por parejas o ex parejas. Pero no todos. Muchas chicas son asesinadas en la calle cuando van a bailar o por otras razones. En Argentina, en el 2025, el 8,4% de los casos fue en contexto de narcocriminalidad, según el Observatorio de La Casa del Encuentro que se basa en datos publicados. El cierre de la Agencia Télam genera que muchos crímenes puedan quedar invisibilizados y sin ser sumados al monitoreo de la sociedad civil."
Pasada la crónica macabra de triple femicidio en Florencia Varela, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich se dedicó a aclarar que no se trataba de un crimen de género aún con la investigación recién iniciada y con pocos elementos para sentenciarlo. Y curiosamente, como si el contexto de las tres chicas asesinadas no advirtiera una situación de extrema vulnerabilidad que no impacta igualmente en jovenes varones.
A ella se sumó el ex ministro Berni y una cantidad de comunicadores alineados con el gobierno que pese a remarcar que era un crimen narco (y por ende de jurisdicción federal) apuntaban la responsabilidad sólo al gobernador bonaerense.
Las redes sociales mostraron una catarata de argumentos de editoras de género, Rita Segato, Jorge Fontevecchia, Sofia Caram, Emilia Mernes, María Becerra, Lali Espósito, Verónica Lozano, entre otras personas dando cuenta de la vinculación del caso y la saña de la tortura y la transmisión en vivo de la masacre con una cuestión de género enmarcada en un supuesto ajuste de cuentas Narco.
El falso dilema se extendió hasta ganar agenda licuando el horror del hecho en si, estableciendo una polémica inconsistente a la que se sumaron codiciosamente y en el poroteo electoral algunas voces que intentaron capitalizar el espanto.
Dos mujeres de 20 años y una niña de 15 años masacradas para dar un mensaje ¿A quién? y ¿Por qué lo imprimieron atrozmente en los cuerpos de 3 mujeres?. Ante este atrocidad se suman algunos silencios que gritan de personas responsables que debería, en honor a sus cargos públicos, poner la palabra y la acción directa. ¿Para qué? Para que los territorios no dejen de ser jurisdicción pública y pasen a ser dominio narco, para que el horror no impacte y se narre en estadísticas de mujeres asesinadas, para que la barbarie no se normalice...
Un pequeño kiosco a 10 metros de la puerta de entrada de la casa de Brenda, una de las chicas asesinadas, es atendido por Ludmila de sólo 23 años... Ante la requisitoria periodística responde que escuchó los 4 tiros que el ex novio de la chica asesinada descargó contra la casa de su madre acusando a la hermana de la víctima de haberla entregado... Esta joven mujer responde con calma a cada pregunta, dijo que una vez vio como mataron a un hombre muy cerca de ella en el barrio, que nació allí, que está acostumbrada, que sabe cuando salir y cuando no y que espera un dia recibirse de psicóloga y poder salir de alli. Mientras tanto, la vida... Ella trabaja y estudia y en medio de la desolación imagina un futuro próspero... Instantáneas de una realidad que late a 15 cuadras de la Capital Federal y sin embargo nos negamos a mirar hasta que un triple femicidio nos abre esa ventana de lo ignorado.