El Gobierno decidió postergar una situación traumática en medio de la crisis económica que atraviesa el país: el aumento de las tarifas del transporte público (colectivos y trenes) en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Además, mantiene en stand by la definición sobre las tarifas del gas con la quita de subsidios a millones de hogares.
Para seguir en el camino de baja de la inflación, el ministro de Economía, Luis Caputo, dispuso no aplicar una suba del 36,6% (la variación de precios acumulada a nivel nacional en el primer bimestre) en los boletos de trenes y colectivos desde abril.
El mecanismo de actualización no es automático, por lo que eventualmente el Gobierno puede aplicar el incremento más adelante en el año. Pero la normativa establece que los ajustes tendrán una periodicidad mínima de dos meses. Como el último fue en febrero, las tarifas mínimas de colectivos del AMBA podrían haber pasado en abril a $ 368,82 -desde los actuales $ 270-, y las de trenes, a $ 177,58 -hoy en $ 130.
No obstante, sigue firme el aumento para los usuarios que no tienen registrada su tarjeta SUBE. El pasaje mínimo costará a partir del mes que viene $ 420 en los trenes y $ 430 en los colectivos.
Una de las causas de la dilación de estos aumentos es el alza en marzo de alimentos y bebidas sumado a algunos servicios como Educación y Salud que dispararán el índice promedio del mes.
¿Qué pasó con el aumento del subte?
Este viernes la Ciudad de Buenos Aires había convocado a una audiencia pública para confirmar el aumento del 359,2% desde abril en el servicio que lo llevaría de los actuales $125 a $574 por viaje. Sin embargo, el gobierno porteño no pudo efectivizar la suba del boleto porque se cayó la transmisión del procedimiento debido a problemas técnicos, según confirmaron fuentes del Gobierno de la Ciudad a LA NACION.