Javier Milei emprendió anoche un nuevo viaje internacional y no dentro del marco de una visita oficial. El mandatario argentino arribó a Camboriú, Brasil para participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) organizada por seguidores de Jair Bolsonaro quien se espera que asista.
Luego de pedir a Brasil que libere crédito para la importación de un barco de GNL en medio de la crisis energética en el país no prevista por las actuales autoridades, Lula Da Silva habilitó esa posibilidad pese a los insultos sistemáticos recibidos por Milei.
Ahora, Milei no concurrió a la cumbre de la OEA en Brasil donde se debatirían políticas comunes regionales y se podría haber saludado con el mandatario brasileño dado que el vecino país es el "principal socio comercial de la Argentina". Dio plantón y no asistió enviando a la canciller Mondino, sin embargo toma un vuelo específico para una cumbre partidaria local, aún cuando las elecciones presidenciales de Brasil se darán recién en 3 años y Bolsonaro tiene múltiples procesos abiertos por supuestamente haber colaborado en la toma del Palacio presidencial en las primeras horas de Lula en el gobierno.
Lejos del alza de precios, la caída abrupta del consumo en rubros sensibles que se conectan de forma directa con la calidad de vida de los ciudadanos, el cálculo de la UCA que da arriba de un 54% la pobreza en el primer trimestre del año y la disparada de los dólares financieros y el blue, Milei parece estar en otros intereses. Abarcando una agenda internacional como referentes de un espacio que por el momento no mostró frutos en los concreto en los ciudadanos de su propio país.
