Una actriz espera un llamado. Un cambio de destino puede presentarse del otro lado del teléfono. El tiempo de espera se hace inquietante. La duda mueve la brújula. El abismo la toma.
¿Quiénes seríamos si pudiéramos modificar nuestro pasado? ¿Qué hacemos con la frustración que se desprende de todos nuestros intentos fallidos?
He aquí esta pieza como resultado.
Una invitación a reír, incluso mirando a los ojos a nuestros pequeños demonios.